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Cambios necesarios luego de treinta años en cirugía pediátrica

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Dr. Humberto Lugo-Vicente

Por: Humberto Lugo-Vicente, MD, FACS, FAAP

Cirujano Pediátrico

La Cirugía Pediátrica es aquella disciplina de la medicina que se dedica al cuidado quirúrgico del recién nacido, infante, niño y adolescente. Nace como una costilla de la Cirugía General destacándose como una de las sub-especialidades de mayor contenido académico. Los componentes primarios de esta sub-especialidad de la cirugía son el manejo de condiciones congénitas y adquiridas incluyendo ginecología y tumores, cirugía torácica general, cabeza y cuello, piel, tejido blando, endoscopía de pulmón, laringe y esófago; cirugía del sistema endocrino, el manejo comprensivo del niño multi-traumatizado y el cuidado del paciente críticamente enfermo. Alguno de sus componentes secundarios son: cirugía urológica, plástica, vascular y trasplante. Se incorpora de forma permanente la cirugía video-endoscópica y cirugía intrauterina, su última frontera.

Tradicionalmente los cirujanos pediátricos manejan pacientes críticamente enfermos alrededor de instituciones que tienen unidades de cuidado intensivo neonatal (recién nacido) y pediátrico accesible. Unidades que por mucho tiempo han tenido que desarrollar y costear el sistema de salud público dentro de sus consorcios educativos y centros médicos para poder dar este cuidado supra-terciario a la población en general. A través del tiempo hemos visto como varias instituciones privadas se han unido al clamor de estas necesidades y han desarrollado unidades de cuidado crítico para recién nacidos y niños. De nuevo los cirujanos pediátricos proveen dirección, educación y cuidado en estas unidades. Una mezcla de mejores técnicas de ventilación mecánica, nutrición parenteral (por vena), antibióticos eficaces, experiencia quirúrgica, instrumentación adecuada, y conciencia sobre los efectos adverso de hipotermia han mejorado los resultados y la prognosis de los pacientes que se someten a procedimientos quirúrgicos complejos durante la primera década de su vida.

Luego de participar durante treinta años de mi vida en esta formidable especialidad de la cirugía me atrevo a redactar una serie de recomendaciones que podrían mejorar el cuidado quirúrgico futuro de nuestros niños en la isla.

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Primero, el cuidado de niños con condiciones como trauma, tumores sólidos y malignidades debe ser centralizado en una sola institución. Solo así se podrá disponer de un número adecuado de casos que puedan servir de manejo protocolar uniforme viendo resultados en acorde con estudios nacionales. Este manejo debe ser provisto por grupo de especialistas que se dediquen a reunirse con regularidad y, de forma multidisciplinaria, puedan llegar a acuerdos de manejo similar. Toda esta data debe formar parte de un sistema computarizado prospectivo que nos dé la oportunidad de saber cual es nuestra frecuencia de manejo, nuestros resultados inmediatos y a largo plazo, participando de protocolos y estudios multinacionales.

Segundo, no hay duda que la sonografía durante el embarazo ha aumentado el reconocimiento de enfermedades potencialmente quirúrgicas en el feto. Enfermedades que será necesario corregir al este nacer. Esto permite que podamos planear el tratamiento antes que el bebe nazca. Nos obliga a desarrollar un grupo de trabajo que componga radiólogos, obstetras, neonatólogos, geneticistas, cirujanos, enfermeras y trabajadores sociales con un mismo fin: proveer cuidado al recién nacido con una condición médica ó quirúrgica diagnosticada prenatal.

Tercero, la programación en sala de operaciones de niños debe tomar precedencia sobre cualquier otro grupo de edad. Las instituciones que provean cuidado quirúrgico a niños deben estar equipadas con sus propias salas de operaciones para estos fines. Deben tener anestesiólogos pediátricos certificados. No puede existir competencia entre diferentes grupos de edades o condiciones para el uso de la sala de operación. Es lamentable, pero todavía nuestra principal institución pediátrica del país con sus propias salas de operaciones tiene un horario restringido de trabajo lunes a viernes de 7 am a 3 pm como si las enfermedades se conformaran a ese tiempo particular. Después de ese horario solo podemos participar de hacer emergencias en otra institución aledaña compitiendo con el trauma, la ortopedia y neurocirugía de emergencia.

Finalmente debemos hacer un estimado del crecimiento poblacional futuro en nuestra Isla que nos permita decidir si nos conviene tener más cirujanos pediátricos en esta era de menos nacimientos y más abortos terapéuticos de condiciones potencialmente quirúrgicas. No hay duda que si queremos tener más cirujanos pediátricos brindando cuidado es porque existe una demanda enorme de condiciones índices de la cirugía pediátrica que hacen incómodo su manejo por nuestros colegas los cirujanos generales sumado a un porciento gradual de retiro. No creo que sea necesario el hacer crecer el número de estos médicos para poder dar una cubierta extensa en las salas de emergencias de nuestro país.

El cirujano pediátrico necesita producir equitativamente en tres áreas de la medicina, a saber: educación, investigación y cuidado directo al paciente pediátrico.

* El autor es Catedrático en Cirugía Pediátrica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico y Director de Cirugía Pediátrica del Hospital de Niños San Jorge.

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