Por: Dra. Montserrat Rodríguez

Médica y Nutricionista Transformadora
Querido lector, hoy quiero compartir una buena noticia que finalmente ha llegado: el Rojo No. 3, un colorante artificial que ha sido objeto de controversia durante décadas, ha sido prohibido por la FDA. Este anuncio nos llena de alivio, pero también deja un sabor amargo al reflexionar sobre cuánto tiempo tomó esta decisión y cuántas vidas pudieron haberse visto afectadas mientras tanto.
Para muchos, el Rojo No. 3 es simplemente un número en las etiquetas de dulces, galletas, caramelos, cereales, helados, leches azucaradas y muchos otros productos procesados. Sin embargo, también está presente en productos como:
- Jarabes para la tos.
- Vitaminas.
- Suplementos.
- Medicamentos.
Este colorante, tan común en nuestras vidas, tiene detrás una historia preocupante. Desde los años 80, estudios lo vincularon con riesgos de cáncer en animales, lo que llevó a clasificarlo como potencialmente peligroso. En 1990, la misma FDA prohibió su uso en cosméticos, pero permitió que continuara en alimentos y medicamentos. Esto resulta difícil de comprender, especialmente considerando que la seguridad de lo que consumimos debería ser tan importante como lo que aplicamos en nuestra piel.
En países como Japón, la Unión Europea y Canadá, el Rojo No. 3 había sido prohibido hace años. En Estados Unidos, sin embargo, su eliminación quedó atrapada en procesos burocráticos y, probablemente, bajo la influencia de grandes intereses económicos. Mientras tanto, los consumidores más vulnerables, como los niños, fueron los más expuestos a productos saturados de este químico.
Aunque nunca sabremos con certeza cuántos problemas de salud pudieron haberse evitado, estudios han señalado riesgos asociados a una exposición prolongada a colorantes artificiales. Esto resalta la importancia de mantenernos informados y exigir transparencia en la industria alimentaria.
A pesar de todo, la prohibición del Rojo No. 3 es un paso en la dirección correcta. Es un recordatorio del poder de la educación, la presión pública y las voces que no dejaron de cuestionar y exigir cambios. Pero este es solo el principio.
Hoy, quiero invitarte a tomar acción:
- Lee las etiquetas de los productos que consumes.
- Elige opciones más naturales y menos procesadas.
- Infórmate y educa a quienes te rodean sobre la importancia de una alimentación consciente.
Este triunfo nos inspira a mantenernos vigilantes, porque la salud de nuestras familias depende de las elecciones que hacemos todos los días. ¡Juntos podemos seguir avanzando hacia un futuro más saludable!
Con gratitud,
Para más información, drmontserrat.com