Por: Prof. Edna Pacheco Acosta, Directora Asociada Centro Mujer y Salud, Dra. Elba C. Díaz-Toro, Catedrática y Directora Interina Departamento de Ciencias Restaurativas, Escuela de Medicina Dental, Dr. Heriberto Marín-Centeno, Catedrático Departamento de Administración de Servicios de Salud, Escuela Graduada de Salud Pública, Recinto de Ciencias Médicas
Todos tienen la opción de fumar. Es una decisión muy personal y si alguien entiende que “voluntariamente” quiere comenzar a fumar o continuar haciéndolo, a pesar de la información disponible sobre los efectos adversos que esta práctica ocasiona a la salud, está en perfecto derecho.Y digo voluntariamente, entre comillas, porque alguien que está bajo los efectos de una adicción, como lo es la dependencia a la nicotina, no toma decisión alguna para desligarse de este hábito, quien decide es la adicción.
Cuanto más humo de segunda mano se respire, mayor será el nivel de químicos dañinos en el organismo. El fumador involuntario tiene los mismos riesgos de salud que el fumador voluntario. Nos encontramos entonces en lo que puede convertirse en una tragedia ética, los que fuman expuestos “voluntariamente” y los no fumadores expuestos involuntariamente. ¿Quién tiene derecho a obligar a otro a exponerse a una substancia nociva para la salud? Mi abuela, mujer sabia, siempre nos decía que nuestros derechos culminan donde comienzan los del otro. Esta situación se vuelve más aguda cuando se enmarca en el contexto de la propiedad horizontal. Un cigarrillito en el balcón implica una decisión consciente de tratar de no exponer a los que conviven en el apartamento desde el cual se fuma, a costa de exponer a los que viven en los demás apartamentos alrededor y fuera de ese núcleo. Imagino que no hay nada más placentero para un fumador que llegar a su apartamento, luego de un día largo de trabajo, tapones y complicaciones, y encender un cigarrillo en su balcón. Pero cuando otro de los vecinos no fuma y decide relajarse en su balcón, coincidiendo con el fumador, se expone al humo como si estuviera en una cámara de gases. Para no exponerse involuntariamente a los efectos tóxicos del cigarrillo, tendrá que huir de los balcones de humo. Hay que tomar medidas proactivas para proteger a los no fumadores expuestos involuntariamente a la nicotina y a los efectos adversos del cigarrillo en el contexto de la vivienda. Ya varios países en Europa han desarrollado legislación en este sentido.