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Neurociencia: El estudio del cerebro

Por: Nésmar Asilis

Especial para Reporte Médico

El ser humano es uno de los organismos más complejo que existe. Hay una amplia gama de ciencias dedicadas a investigar su funcionamiento para lograr entender cómo es una persona.

Bajo esa premisa, un grupo de profesionales y estudiosos pertenecientes a prestigiosas universidades del mundo optaron por consolidar sus conocimientos para tratar de esclarecer el misterio que encierra el órgano más complicado y estudiado en la humanidad: el cerebro.

La década del cerebro

El estudio de este órgano se ha perpetuado a través de los siglos. Sin embargo, fue a partir de la década del 1990 al 2000 que surgió la nomenclatura de ciencias dispuestas a coincidir con el mismo fin de entenderlo por completo.  Ciencias como la medicina, biología molecular, genética, psiquiatría, sicología, biología, farmacología, entre otras, entendieron que estudiaban la estructura de la misma manera bajo otro nombre.  Es por esto que, como resultado de esta consolidación, surge la neurociencia.

El Dr. Héctor D. Colón, neurocientífico puertorriqueño, nos comenta que estos profesionales de universidades reconocidas como Harvard, Yale, y Princeton, se acercaron al expresidente estadounidense, George H. W. Bush, con una propuesta que solicitaba la asignación de fondos. El propósito era crear una ciencia única que se dedicara a estudiar el cerebro humano en todos sus aspectos.

El doctor afirmó que “el cerebro es el órgano rector de toda la vida.  Todo lo que comprende, lo que es y define el ser humano ocurre en el cerebro.  Es trascendental estudiarlo”.  No es solo para entender su proceso químico, sino también cómo este afecta las emociones, los pensamientos, la memoria y otras sensaciones humanas.

El portal cibernético de Society of Neuroscience, confirmó que el cerebro humano tiene una capacidad para almacenar más información que una súper computadora y que crea una red de conexiones que supera con creces cualquier red social.   Detalla además que los científicos todavía no han descubierto la magnitud de lo que el cerebro puede hacer. Este solo órgano controla todos los aspectos del cuerpo, que van desde la frecuencia cardíaca y el apetito a la emoción y la memoria. El cerebro controla la respuesta del sistema inmunológico a la enfermedad y determina, en parte, cómo las personas responden a los tratamientos médicos. Da forma a nuestros pensamientos, creencias, esperanzas, sueños y la imaginación  Es la capacidad del cerebro para llevar a cabo todas estas funciones la que nos hace humanos.

Del mismo modo el doctor Colón expuso que se han dado cuenta de que todo esta en el cerebro.  Procesos exteriores, patologías como un infarto cerebral, aneurisma, cáncer o depresión, pueden alterar químicamente el funcionamiento del cerebro activando procesos neurológicos y neuroquímicos que crean lo que conocemos clínicamente como salud emocional.

¿Qué del cerebro?

Aún los científicos no han descubierto la magnitud de lo que el cerebro puede hacer.  Continúan con el intento de descifrar cómo 100 mil millones de células cerebrales se conectan y crecen organizándose en circuitos eficaces y funcionales que generalmente permanecen en buenas condiciones durante gran parte de la vida.

Entre los intereses primordiales se encuentra entender el comportamiento de estos circuitos y cómo nos permiten leer, hablar; cómo y por qué formamos relaciones; cómo pensamos, recordamos, nos desesperanzamos y hasta nos motivamos.

Este dibujo de Santiago Ramón y Cajal apareció por primera vez en la parte dos del segundo volumen de Cajal: Textura del Sistema Nervioso del Hombre y de los Vertebrados, publicado en Madrid en 1904.  El dibujo enseña las seis capas de la neocorteza de un ratón identificados desde la A a la F.  Los dibujos de Cajal proveyeron los fundamentos de la neuroanatomía moderna al mostrar como el sistema nervioso está compuesto por células nerviosas individuales en vez de una red de elementos continuos.  Fuente: Society of Neuroscience

La revista Medical News Today en su sitio web www.medicalnewstoday.com, publicó dos interesantes hallazgos.

El primero indica que la doctora Kylie Ellies del Adelaide Research and Innovation  (ARI) of the University of Adelaide en Australia, publicó los resultados de la investigación creada por su equipo que presenta cómo el uso de las células madres de la pulpa dental pueden ser utilizadas como tratamiento en la recuperación de un infarto cerebrovascular.

En la foto: Las células madres de la pulpa dental de ratones, como las células madre derivadas del celebro, forman redes complejas. Crédito de la imagen: Dra. Kylie Ellis, de la Universidad de Adelaide

Ya que los estudios preclínicos han sido exitosos, esta posibilidad está abierta porque “la realidad es que las opciones de tratamiento para los miles de pacientes de infarto cada año son limitadas”, explicó la doctora.  Añadió que el uso del medicamento principal para estos pacientes debe ser despachado pocas horas luego del infarto, pero muchos no tienen acceso a ello y, en la mayoría de los casos, no buscan la ayuda inmediata.

Las células madres son capaces de diferenciarse de células especializadas ayudando a la regeneración de tejidos, enfermedades cardiovasculares y tratamientos de enfermedades de la sangre.  La investigación de ARI reveló que de estas células dentales pueden florecer y “formar redes complejas similares a las células cerebrales”. Aunque las células no crecieron hasta convertirse en neuronas, los investigadores creen que con tiempo y en las debidas condiciones puede ocurrir.

Junto a sus colegas, la doctora Ellis trabaja en el desarrollo de un tratamiento humano no solo para infartos sino también para otros desordenes cerebrales comunes, utilizando un modelo que recrea lo más semejante posible el ambiente necesario de un cerebro.

Por otra parte, en investigaciones de tipo emocional, un estudio de University of California en Loma Linda, reveló que la risa puede reducir el daño cerebral causado por la hormona de estrés, cortisol, y a su vez mejorar la memoria.  Esta investigación fue presentada por el doctor Gurinder Singh Bains en la reunión de Biología Experimental en San Diego.

Para este estudio se seleccionaron dos grupos de ancianos.  El primer grupo constaba de pacientes diabéticos y el segundo, en óptimas condiciones de salud.  A ambos grupos se le requirió ver por 20 minutos un video jocoso antes de hacer un examen de memoria que medía el reconocimiento visual, la habilidad de aprendizaje y la recuperación de la memoria.  Un tercer grupo de ancianos fue seleccionado para tomar el examen sin ver el video. Durante este estudio los niveles de cortisol de todos lo participantes fueron grabados antes y después del experimento.  Los investigadores encontraron que ambos grupos que observaron el video mostraron una significativa reducción en niveles de cortisol comparado con el grupo que no lo vio.  Igualmente, el grupo que observó el video obtuvo una gran mejoría en el examen de reconocimiento visual, habilidad de aprendizaje y recuperación de memoria.

El Dr. Héctor Daniel Colón posee maestría en Neurociencias y Biología del Comportamiento de la Universidad de Sevilla Pablo de Olavide, España,  doctorado en Ministerio-Teología del  Mc Cormick  Theological  Seminary de Chicago, Illinois y un post-grado doctoral, certificado como Experto en Neurociencias por el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Salamanca, España.

Para más información del Society of Neuroscience, puede acceder a http://www.sfn.org.

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