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Pirotecnia y Salud Auditiva : Cómo Celebrar de Forma Segura para Todos

Por: Anette Quiñones, MPH, OT/L
Presidenta, Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de P

La pirotecnia, tradicionalmente asociada con celebraciones y festividades, genera asombro y alegría en muchas personas. Incluye una amplia variedad de artículos, como petardos, bengalas, cohetes, fuegos artificiales e incluso cuartos de dinamita. Debido a su fácil acceso, es común encontrar familias que los utilicen en sus vecindarios. Sin embargo, los efectos de la pirotecnia en la salud auditiva, especialmente en niños y adultos, son motivo de preocupación desde el ámbito de la terapia ocupacional.

El ruido generado por los fuegos artificiales puede alcanzar niveles extremadamente altos, en algunos casos superando los 120 decibelios (dB). Por ejemplo, una exposición prolongada a sonidos por encima de 85 dB puede causar daños permanentes en la audición. Además, sonidos superiores a 120 dB pueden provocar una pérdida auditiva inmediata. Los fuegos artificiales tienen el potencial de generar ruidos cercanos o superiores a estos niveles.

Cuando un niño o adulto se expone repetidamente a estos sonidos, las células ciliadas del oído interno, responsables de transmitir las señales sonoras al cerebro, pueden dañarse. Esto puede provocar pérdida auditiva parcial o total. Asimismo, la exposición constante a ruidos fuertes puede generar tinnitus, una condición caracterizada por zumbidos o pitidos en el oído, que puede ser persistente o temporal, dependiendo de la intensidad y duración de la exposición.

Efectos en niños y adultos

Niños:
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos de la pirotecnia debido a que su sistema auditivo aún está en desarrollo. El oído interno es más sensible a los sonidos fuertes, y la exposición prolongada o repentina a ruidos intensos puede causar daños irreversibles en su audición. Además, los niños pequeños no siempre son conscientes de la intensidad del sonido ni de la necesidad de distanciarse de la fuente del ruido, aumentando así el riesgo de daño.

Además del impacto físico, el ruido de la pirotecnia puede generar efectos emocionales y psicológicos en los niños. El miedo y la ansiedad son respuestas comunes, y estas emociones pueden asociarse con la pirotecnia durante años, afectando su bienestar emocional. Los niños con trastornos del espectro autista o con desórdenes en el procesamiento sensorial son particularmente susceptibles, ya que pueden experimentar sobrecarga sensorial que les cause estrés y malestar.

Adultos:
Aunque los adultos son menos vulnerables que los niños, también pueden experimentar efectos negativos a largo plazo. La pérdida auditiva inducida por ruido (PAIR) es común en personas expuestas a altos niveles de ruido durante largos períodos, ya sea en el trabajo o en actividades recreativas. Incluso una sola exposición a un ruido extremadamente fuerte puede causar daño auditivo temporal, mientras que la exposición repetida contribuye al deterioro auditivo progresivo.

En términos emocionales, los adultos también pueden enfrentar estrés, irritabilidad y ansiedad debido a la sobrecarga sensorial provocada por el ruido. Las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT), como algunos veteranos de guerra, pueden experimentar recuerdos traumáticos desencadenados por los sonidos o los olores de la pirotecnia, afectando significativamente su bienestar emocional.

Desde la perspectiva de la terapia ocupacional, la pirotecnia no solo representa un riesgo auditivo, sino también un desafío sensorial y emocional. La terapia ocupacional puede ayudar a las personas a manejar estos estímulos de manera efectiva, fomentando el bienestar general y la participación en actividades diarias. También se pueden implementar estrategias como el uso de protectores auditivos y la creación de entornos más seguros para niños y adultos sensibles al ruido.

Recomendaciones para la temporada navideña

Durante la temporada navideña, cuando la pirotecnia es especialmente popular, es fundamental tomar medidas para reducir los riesgos asociados. A continuación, algunas recomendaciones clave:

  1. Utilizar protectores auditivos: Se recomienda el uso de tapones o auriculares que bloqueen el sonido para proteger los oídos.
  2. Mantener una distancia segura: Si es inevitable estar cerca de la pirotecnia, asegúrese de mantenerse al menos a 100 metros de la fuente del ruido. Supervisar a los niños es esencial para evitar que se acerquen demasiado.
  3. Optar por alternativas de bajo ruido: Considere fuegos artificiales de luz, adornos fluorescentes, luces LED, globos, confeti o serpentinas en lugar de explosiones ruidosas.
  4. Crear un espacio seguro: Si vive en una zona donde el uso de pirotecnia es común, prepare una habitación tranquila con música suave o actividades relajantes para reducir la sobrecarga sensorial.
  5. Mostrar consideración por los demás: Evite el uso de pirotecnia si tiene vecinos o familiares enfermos, ancianos o con necesidades especiales. Comprender los efectos nocivos de este pasatiempo puede ayudar a generar empatía y promover alternativas más seguras.

En estas festividades, todos tienen derecho a celebrar. Es fundamental mostrar compasión y comprensión, evitando forzar a las personas a participar en situaciones que les resulten incómodas o estresantes.

Para más información y recursos, visite la página de Facebook del Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico: @Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico.

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