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Violencia de Género en Puerto Rico: Un llamado urgente a la reflexión

Lic. Modesto Sánchez De León

Por: Lic. Modesto Sánchez De León
Principal Asesor Clínico
Centro Psicológico Conductual del Caribe

La violencia de género no es solo un problema individual; es un fenómeno que refleja profundas desigualdades estructurales y culturales. En Puerto Rico, los indicadores de este flagelo han generado preocupación y, más importante aún, un llamado a la acción.

Un vistazo a los números

De acuerdo con un informe de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM), en el año 2022 se reportaron 7,456 casos de violencia de género en Puerto Rico (OPM, 2022). Esto representa un aumento significativo con respecto a años anteriores. Además, según el Centro de Ayuda a Víctimas de Violación (CAVV), se registraron 672 denuncias de agresión sexual en el mismo período (CAVV, 2022).
Las cifras no solo son alarmantes, sino que también revelan patrones que merecen una profunda reflexión.

Los factores que alimentan el problema

Diversos estudios han señalado que la violencia de género en Puerto Rico está estrechamente vinculada a factores como la desigualdad económica, la normalización de conductas violentas y la falta de educación en equidad de género.
Por ejemplo, García (2021) destaca que el 80% de los casos registrados involucran a personas que viven en condiciones de pobreza. Esta correlación entre pobreza y violencia de género sugiere que las soluciones deben ser integrales y, además de considerar los aspectos socioeconómicos, deben incluir programas de psicoeducación y sensibilización sobre el tema.

Impacto en las víctimas

La violencia de género no solo afecta directamente a quienes la experimentan, sino que también tiene repercusiones en las familias y comunidades. Según López y Rivera (2020), el 60% de las víctimas reportan problemas de salud mental como consecuencia directa de los abusos sufridos.
Esto incluye cuadros de ansiedad, depresión y estrés postraumático que requieren atención médica y psicológica especializada.

Una respuesta social y gubernamental

Aunque se han implementado políticas públicas para combatir este problema, los resultados aún son insuficientes. Por ejemplo, el Plan Estratégico para la Prevención de la Violencia de Género, lanzado en 2020, ha tenido un impacto limitado en la reducción de casos (Departamento de Justicia de Puerto Rico, 2021).
La falta de recursos y la inversión insuficiente en programas de prevención han limitado su alcance.

¿Qué podemos hacer?

La solución a la violencia de género en Puerto Rico requiere un enfoque multidimensional. Esto incluye:

Como ciudadanos, podemos contribuir denunciando las injusticias y promoviendo conversaciones constructivas sobre equidad, respeto y prevención.

Conclusión

La violencia de género en Puerto Rico no es un problema aislado, sino un reflejo de desigualdades más amplias que deben ser abordadas con urgencia.
Las cifras son claras: necesitamos actuar ahora. Dejar este tema solo en las estadísticas es ignorar el sufrimiento humano que hay detrás de ellas.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de construir un futuro más justo, donde la violencia no tenga cabida.

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