Por: Dra. Montserrat Rodríguez
Médica y Nutricionista Transformadora
Hoy me dirijo a ti con un tema que nos toca de cerca no solo a las mujeres, sino cada vez más a nuestros hombres. Sin embargo, sigue siendo un tema álgido para nosotras, las mujeres, especialmente al llegar a esa etapa inevitable de nuestras vidas como lo es la menopausia. Me refiero a la osteoporosis, condición cuyo riesgo aumenta cuando las hormonas dejan de protegernos y que, según la International Osteoporosis Foundation, afecta a una de cada tres mujeres mayores de 50 años y que usualmente es diagnosticada cuando ya es demasiado tarde y la paciente ha experimentado algunas fracturas óseas secundarias a la osteoporosis.
En países desarrollados, la incidencia de osteoporosis y osteopenia es alarmantemente alta, y su prevalencia puede llegar a afectar hasta al 22% de las mujeres mayores de 50 años. Por esa razón, es necesario que nos eduquemos para proteger nuestros huesos y de esa manera tengamos la calidad de vida que nos merecemos.
El controvertido papel de la leche en la protección de nuestros huesos.
La leche ha sido tradicionalmente el símbolo de la salud ósea. Sin embargo, la realidad no es como la pintan los comerciales de televisión o internet. Nuestros cuerpos no siempre absorben el calcio lácteo de manera eficiente, y demasiado énfasis en la leche puede dejarnos ignorando otras fuentes mucho más efectivas para aportarnos calcio. Por ejemplo, ¿sabías que las semillas de sésamo, las sardinas o el caldo de huesos tienen hasta diez veces más calcio que la leche?
Por otra parte, está demostrado que el consumo excesivo de leche podría contribuir a la acidificación de nuestro cuerpo, lo que en realidad podría debilitar nuestros huesos en el largo plazo. Entonces, ¿cómo equilibramos la balanza?
Fuentes de Calcio Amigables con Nuestros Cuerpos
Las semillas de sésamo, las algas como el wakame y las queridas verduras crucíferas son solo el comienzo. Los frutos secos, especialmente las almendras, no solo nos ofrecen ese calcio esencial, sino también magnesio, y ambos trabajan mano a mano. ¿Y qué hay de los pescados como las sardinas o el salmón? Son excelentes opciones para un aporte completo de nutrientes que favorecen nuestros huesos.
Vitaminas: Los Cofactores Olvidados
No podemos hablar de salud ósea sin mencionar a la vitamina D3, la vitamina C y la vitamina K2. Todas ellas son cruciales para la absorción de calcio, la D en particular es muy importante porque es una prohormona que se produce en nuestro cuerpo cuando tomamos el sol. La vitamina C, abundante en frutas y verduras, es esencial para la formación de colágeno, y la vitamina K, que encontramos en los vegetales de hoja verde, es vital para la retención de calcio en los huesos.
Ejercicio: El Dinamismo que Nuestros Huesos Necesitan
El ejercicio físico es como una caricia para nuestros huesos. Actividades como caminar, andar en bicicleta, levantar pesas o incluso bailar no solo nos llenan de alegría y vitalidad, sino que también fortalecen nuestro esqueleto. Y es que los huesos responden a la carga: el ejercicio les habla, les dice que se fortalezcan.
La Prevención de la Osteoporosis en Conversación
No hay mejor manera de enfrentar la osteoporosis que con una comunidad informada y activa. Compartir estas conversaciones, intercambiar recetas ricas en calcio y magnesio, como las que encuentras en mis recetarios o animarnos a tomar el sol mientras caminamos en el parque o a la orilla del mar pueden hacer esa diferencia y no solo mantener la salud de nuestros huesos sino también la de nuestra mente.
Tenemos el poder de influir en nuestra salud y bienestar, y además podemos inspirar a las generaciones futuras a vivir una vida más plena y saludable. Recordemos que cada pequeño hábito, cada elección nutricional y cada paso que damos, es un ladrillo más en la fortaleza de nuestros huesos.
Con cariño y salud,
Para más información, drmontserrat.com