Por: Dra. Montserrat Rodríguez
Médica y Nutricionista Transformadora
Hoy quiero hablarte no solo como profesional de la salud, sino también como alguien que, al igual que tú, se preocupa profundamente por el bienestar de nuestros niños. Por eso, quiero hablarte de un tema que nos afecta a todos, no solo a los padres, sino también a los adultos jóvenes que aún no lo son. Se trata de la televisión, que en su momento fue una ventana al mundo, pero ahora se ha convertido en una barrera silenciosa que, si no se controla, puede afectar el futuro de nuestros pequeños.
Recientemente, me topé con un estudio de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda que me dejó pensando y te confieso que me preocupó. Los resultados mostraron que los niños que pasaban más horas frente a la televisión tenían mayores probabilidades de enfrentar problemas de salud en su adultez, como el síndrome metabólico. Esta condición abre la puerta a enfermedades como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y problemas cardíacos.
Pero, ¿por qué esta realidad ahora ha tomado dimensiones aún más alarmantes? Como sabemos, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, y con ella la sobreexposición de nuestros niños a más horas frente a las pantallas que nunca. Tablets, smartphones, videojuegos… han ido sumando horas de secuestro de la atención de todos nosotros y, con ello, un aumento de las consecuencias negativas.
No solo hablamos de problemas físicos. El exceso de pantalla puede afectar el sueño, la alimentación y hasta la interacción social. Imaginen un día en que nuestros niños prefieran una pantalla a jugar en el parque o compartir con amigos. Esa es una realidad que no quiero para ellos, y sé que tú tampoco.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Aquí les dejo algunas recomendaciones:
➡️ Tiempo de calidad: Limiten el tiempo frente a la pantalla. No se trata de prohibir, sino de equilibrar y de compartir tiempo de calidad haciendo actividades que estimulen la interacción, la agilidad mental y el intercambio de ideas.
➡️ Moverse es vivir: Fomenten actividades físicas. Un paseo en bicicleta, una tarde en la piscina o simplemente jugar en el jardín.
➡️ Dulces sueños: Establezcan rutinas de sueño. Un niño descansado es un niño feliz.
➡️ Alimentación consciente: Opten por comidas nutritivas y balanceadas. La salud comienza desde el plato y si se involucran en la cocina y hacen parte del proceso de elaborar sus menús, ¡mucho mejor!
➡️ Predicar con el ejemplo: Si nosotros los adultos limitamos nuestro tiempo frente a la pantalla y adoptamos hábitos saludables, nuestros niños seguirán nuestro camino.
Quiero que sepan que no están solos en esto. Juntos, como comunidad, podemos guiar a nuestros niños hacia un futuro lleno de salud y alegría. Porque al final del día, lo que más deseamos es verlos crecer felices y saludables.
Y recuerda que si quieres tener una guía de alimentación no solo para ti sino también para enseñar a comer a tus hijos puedes adquirir mi libro ¡LIBÉRATE! Para de comer y empieza a vivir.
Para más información, drmontserrat.com
