Si usted puede llegar al hospital durante los primeros 60 minutos, es posible prevenir que el derrame le cause una incapacidad parcial o total.
¿Por qué es necesario actuar rápidamente?
El tipo más común de ataque cerebral puede ser tratado con un medicamento que disuelve los coágulos que obstruyen el flujo de sangre hacia el cerebro. El plazo máximo para que a los pacientes con accidentes cerebrovasculares se les inicie tratamiento es de tres horas. Pero para que puedan ser evaluados y sometidos a tratamiento, los pacientes deben llegar al hospital lo más pronto posible.
Después de un derrame o stroke
Debido a la organización de nuestro sistema nervioso central, una lesión a un lado del cerebro afecta el lado opuesto del cuerpo. Con frecuencia, la persona pierde el movimiento o la sensación en el brazo o la pierna opuestos al lado del cerebro afectado por el derrame cerebral. Por lo tanto, si la persona sufre un derrame cerebral en el lado izquierdo del cerebro, puede experimentar debilidad o parálisis en la pierna y el brazo derecho. Esto dificulta las actividades de la vida cotidiana como vestirse, alimentarse, bañarse, amarrarse los zapatos, etc. También es común que la persona que sobrevive un derrame cerebral se canse con facilidad.
Después de un derrame cerebral o stroke, es posible que la persona solo pueda ver los objetos que se hallen en ciertos lugares de su campo visual. También puede cambiar la percepción visual de los objetos comunes de la vida diaria los cuales pueden parecer estar más cerca o más lejos de lo que lo están en realidad, y ello hace que la persona derrame cosas en la mesa o se tropiece con los objetos al caminar. Algunas personas pueden perder la percepción del lado más débil y olvidarse o hacer caso omiso del mismo. En consecuencia, pueden tener problemas para leer porque solo ven la mitad de la página. Puede que vistan un lado del cuerpo pensando que están completamente vestidos. Esta negligencia unilateral es más común cuando existe una lesión del hemisferio cerebral derecho.
Las personas que sobreviven un derrame cerebral con frecuencia muestran emociones inapropiadas y fluctuaciones extremas del estado de ánimo. Pueden reírse de algo que no sea gracioso o llorar sin motivo aparente alguno. Esto es especialmente frecuente en la etapa temprana del proceso de recuperación.
Las personas que han sufrido un derrame pueden aparentar ser muy ensimismadas. Pueden demostrar una extrema necesidad de contar con una rutina muy fija y estructurada. Pueden frustrarse mucho con su incapacidad de comunicarse eficazmente, y esto puede causar ira y depresión.
¿Qué problemas de comunicación pueden presentarse después de un derrame?
Algunas personas experimentan disfunciones de lenguaje (afasia) que dificultan de manera considerable su capacidad de comunicación. Las mismas varían dependiendo de la gravedad y ubicación de la lesión.
Los factores de riesgo que pueden modificarse son:
- La hipertensión
- La diabetes
- El hábito de fumar, especialmente cuando va unido al empleo de anticonceptivos orales
- Las enfermedades coronarias
- La fibrilación auricular (tipo de ritmo cardiaco irregular)
- La obesidad y el exceso de peso
- La inactividad física
- Una dieta poco saludable
- El estrés
- La ingesta excesiva de alcohol
- Los niveles altos de colesterol total
- Los niveles altos de triglicéridos
- La depresión
- Los “mini ataques” (conocidos también con el nombre de ataques isquémicos transitorios)
Los factores de riesgo que no pueden modificarse son:
- Edad avanzada
- Género
- Etnia / raza
- Antecedentes familiares de derrames cerebrales en adultos jóvenes
- Derrames cerebrales anteriores
Las mujeres y los derrames
El derrame cerebral es un problema importante de salud tanto para las mujeres como para los hombres. Sin embargo, tradicionalmente se ha considerado una enfermedad masculina, lo cual es una percepción errónea y peligrosa. En los países en desarrollo, la mitad de los fallecimientos de mujeres de más de 50 años se debe a enfermedades coronarias y derrames cerebrales. En los Estados Unidos, una de cada 2.5 mujeres muere de enfermedad coronaria, derrame cerebral u otra enfermedad cardiovascular, mientras que una de cada 30 muere de cáncer de mama. A pesar de esto, solo el 13% de las mujeres estadounidenses cree que la enfermedad coronaria y el derrame cerebral son la mayor amenaza para la salud de la mujer y las encuestas muestran que el conocimiento que las mujeres tienen de los síntomas del derrame cerebral es escaso.
Entre quienes sobreviven a un derrame cerebral, es más probable que las mujeres tengan resultados peores que los hombres. De las personas mayores de 65 años que sobreviven a un derrame cerebral, la mayoría son mujeres y, como la esperanza de vida de las mujeres es mayor, son más susceptibles que los hombres de vivir solas. Esto significa que la estancia hospitalaria de una mujer, en general, suele ser más larga que la de un hombre. Las mujeres también tienen más probabilidades de ser trasladadas a un centro de cuidados crónicos que de volver a casa o de iniciar una rehabilitación, lo que afecta de forma significativa a su independencia y calidad de vida.
La felicidad como antídoto para derrames en hombres casados:
El Profesor Uri Goldbourt, del Instituto Cardíaco Neufeld de la Universidad de Tel Aviv, tras un estudio dado a conocer en 2010, encontró una correlación entre la ”felicidad” en el matrimonio y la probabilidad de que un hombre muera o no por causa de un derrame cerebral.
Los resultados de la investigación, a partir de los datos recabados entre 10,000 hombres, todos ellos funcionarios públicos, durante 34 años de seguimiento (desde el año 1965), fueron presentados a expertos de la salud en una Conferencia Internacional de la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares.
El estudio informó que los hombres infelizmente casados y los solteros (viudos o divorciados)tenían 64% más de probabilidades que los felizmente casados de padecer un derrame cerebral. El estudio no incluyó mujeres, por lo tanto, no se sabe si a ellas también aplicaría la felicidad matrimonial como antídoto para derrames cerebrales.