Los avances en Medicina han permitido que vivamos más tiempo. Aunque todos deseamos tener una vida más larga, hay personas que no pueden cuidar de sí mismas. En tales casos, los familiares deben tomar decisiones sobre cómo brindar el mejor cuidado a los ancianos.
Según el estudio «Aging in Place in America», encargado por Clarity y EAR Foundation, el 63% de los baby boomers participan activamente en brindar algún tipo de ayuda a sus padres ancianos. Ya sea debido al aumento de los costos del cuidado de ancianos o por sentir la obligación como hijos, muchos hombres y mujeres maduros asumen la responsabilidad de cuidar a sus padres mayores y a sus hijos pequeños al mismo tiempo.
Cuidar de un padre anciano puede generar una variedad de emociones. Algunas personas se sienten felices de poder contribuir y facilitar la vida de aquellos que dedicaron gran parte de su energía para criarlos. Sin embargo, para aquellos que se encuentran en la «generación sándwich», es decir, cuidando tanto de sus hijos pequeños como de sus padres ancianos al mismo tiempo, puede parecer una carga y pueden albergar sentimientos de culpa por no poder cuidarlos como desearían.
Existen señales que indican cuándo un anciano necesita ayuda. Si un familiar de edad avanzada deja de ser capaz de manejar tareas cotidianas, es una señal de que necesita ayuda. También pueden haber señales como el descuido y la suciedad en la casa, dificultades para mantener la higiene personal, lesiones causadas al intentar realizar tareas domésticas o signos de desnutrición debido a la incapacidad de cocinar sus propias comidas. La movilidad limitada o la pérdida de facultades mentales también pueden indicar que es hora de buscar cuidados externos.
Antes de asumir el cuidado de un padre anciano, es importante hacer algunas preguntas directas para determinar la mejor manera de ayudar a un familiar:
- ¿Qué tipo de cuidado necesita mi familiar?
- ¿Con qué urgencia necesitará un cambio en el tipo de cuidado en el futuro?
- ¿Podría otra persona encargarse de brindar ese cuidado, como una enfermera a domicilio?
- ¿Se sentirá cómodo mi padre o madre teniendo a alguien ajeno a la familia encargándose de su atención diaria?
- ¿Cuáles son las limitaciones físicas o mentales de mi padre o madre?
- ¿Soy capaz de hacerme cargo de esto por mi cuenta?
- ¿Puedo permitirme pagar por una instalación de cuidado adecuada?
- ¿Cuáles son las opciones locales de instalaciones disponibles?
- ¿Cómo afectará este tipo de atención a mi propio bienestar personal?
- ¿Estoy preparado emocional y físicamente para asumir esta responsabilidad?
Toda persona que se encuentre ante la posibilidad de cuidar a un padre o madre de edad avanzada debe saber que existen recursos de ayuda disponibles y diferentes personas dispuestas a brindar apoyo en la toma de decisiones. Los primeros en quienes se puede confiar son los hermanos, tíos, tías y primos, quienes pueden colaborar en evaluar la situación y llegar a un consenso familiar.
Además, se puede buscar la ayuda de trabajadores sociales y asesores financieros, quienes pueden analizar los aspectos positivos y negativos de diferentes opciones de cuidado y determinar la opción más asequible. Todo esto puede ser de gran utilidad para determinar el curso de acción a seguir.
Es importante tener en cuenta que asumir el cuidado de un padre o madre de edad avanzada puede implicar una carga física y mental. Sin embargo, saber que existe un círculo de ayuda disponible puede aliviar a la persona y facilitar a los cuidadores la toma de decisiones racionales en beneficio de todos.
El cuidado de un ser querido que ya no puede cuidarse a sí mismo es algo que muchos integrantes de la Generación de Posguerra o Baby Boomers enfrentan día a día. Aunque puede ser un tema delicado, vale la pena explorar las opciones disponibles antes de que el problema se agudice y se vuelva más urgente.
