Por: Dra. Maribel Rivera Cotto, Psicóloga clínica, especialista en acoso escolar
¿Pasa su hijo o hija más de dos horas usando el Internet? ¿Utiliza con mucha frecuencia el celular? ¿Pasa largas horas navegando por redes sociales como Facebook, Instagram y aplicaciones de mensajería como Kik? ¿Sabe lo que hace su hijo mientras está conectado al Internet a través del celular, la computadora, las tabletas, etc.? Si contestó afirmativamente a las primeras tres preguntas y negativo a la última, su hijo podría estar en alto riesgo de ser perpetrador o víctima de acoso cibernético, conocido mundialmente como el cyberbullying.
El cyberbullying es el uso de los medios telemáticos (Internet, celulares, tabletas, consolas de juegos, etc.) para cometer acoso con la intención de hacer daño. Esto puede ocurrir entre menores de edad, aunque hay estudios que prueban la existencia de cyberbullyig entre jóvenes adultos. Para efectos de este artículo me voy a circunscribir al que ocurre entre los estudiantes. Aunque en Puerto Rico no contamos con estudios de envergadura que prueben la prevalencia del cyberbullying, no se puede negar que ocurre entre los menores de edad.
¿Dónde?
Los espacios cibernéticos donde puede desarrollarse son bien variados y esto aumenta el peligro para nuestros niños y jóvenes. Este tipo de acoso se puede encontrar en:
- Chats
- Redes Sociales (Facebook, Twitter, etc.)
- Correo electrónico
- Páginas de Internet de juegos
- Messenger, Skype
- Mensajes de textos en el celular
- Blogs
¿Cómo se manifiesta?
- No olvidemos que la tecnología está en constante cambio. Lo que hoy es una expresión de cyberbullying, mañana puede quedar descartada por los que cometen el acoso cibernético. Entre las modalidades más conocidas se encuentran:
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Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima, en redes sociales o foros, donde se escriban a modo de confesiones en primera persona determinados acontecimientos personales o demandas explícitas de contactos sexuales.
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Dejar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima de manera que las reacciones vayan posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la usurpación de personalidad.
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Hacer circular rumores (difamación) sobre la víctima que le suponga un comportamiento reprochable y ofensivo, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo que leen, ejerzan sus propias formas de represalia o acoso.
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Enviar menajes amenazantes por correo electrónico o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet en los que se relaciona de manera habitual provocándole una sensación de completo agobio.
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Happy Slapping: Se graba en el celular una agresión física hacia otro(a) y luego se coloca en la Red para que lo vean miles de personas.
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Revelar información comprometedora de la víctima a otras personas a través de redes sociales y chats.
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Flame: Provocar una discusión intensa que a menudo incluye lenguaje vulgar, grosero, ofensivo, insultos y a veces amenazas. Ocurre a través de textos, chats, mensajería instantánea, sitios de redes sociales, blogs y foros.
Recordemos que el cyberbullying es un tipo de bullying. Es una moda reciente que vino con la llegada de la tecnología. En él inciden las víctimas, los acosadores y los observadores. Aunque en el bullying podemos hablar de unos roles definidos por los componentes de esta triada, con el cyberbullying los roles no están tan definidos. Ejemplo de esto se refleja en que los implicados pueden pasar entre ser víctima, acosador /víctima, así como acosador y acosador/observador.
- Su hijo/a parece estresado o enojado cuando recibe un correo electrónico, mensaje de texto y cuando se conecta a alguna red social.
- Evita la computadora, el celular, la tableta y cualquier otro aparato digital.
- Se le ve aislado.
- Se observan sentimientos de ira y frustración.
- Su hijo puede mostrarse irritado la mayor parte del tiempo.
- Se puede sentir con ansiedad, miedo y estrés.
- Podría presentar indicadores de depresión.
- Desarrolla sentimientos de indefensión.
- Su hijo/a presenta de momento trastornos de sueño y poco apetito.
- Bajan las notas de la escuela/colegio y puede observarse ausentismo escolar.
- Aparecen síntomas físicos como dolor de cabeza, náuseas, dolor de estómago.
- En el peor de los casos puede haber intentos de suicidio, suicidio y homicidio.
Comportamiento de los “cyber-agresores/acosadores”
En los acosadores cibernéticos se observan las siguientes manifestaciones de conducta:
- Ha tenido problemas de acoso en la escuela/ colegio.
- Cuando usa la computadora cambia de ventana, cierra programas o esconde el teléfono celular cuando el padre/madre se acerca.
- Pasa una cantidad de tiempo excesivo en la computadora/teléfono celular.
- Muestra un enojo excesivo cuando se le niega el uso de la computadora o teléfono celular.
- Demuestra falta de empatía y compasión hacia los demás.
- No acatan normas, son violentos y muestran una conducta delictiva.
- Tienen mayor probabilidad de ingerir alcohol y sustancias controladas.
Consecuencias en los observadores
Como ocurre con el bullying, los espectadores del cyberbullying, también sufren consecuencias que no solo los afectan a ellos, sino a todos los que conformamos la sociedad. Las repercusiones para ellos son:
- La falta de solidaridad
- La creencia de que las cosas pueden obtenerse por medio de la violencia y el atropello.
- Los sentimientos de culpa
Su actitud puede perpetuar o detener el maltrato
El cyberbullying es potencialmente más dañino que el bullying tradicional porque ocurre los siete días de la semana. Un estudio realizado en España en el 2013 destacó entre las consecuencias del cyberbullying: el uso problemático o adicción al Internet, el abuso de sustancias controladas y síntomas severos de depresión. Se encontró que los adolescentes (13 a 17 años) que eran tanto víctimas como agresores, en comparación con los que eran solo víctimas, presentaban mayores niveles de depresión, más problemas de abuso de sustancias y un mayor uso problemático del Internet.
Datos relevantes sobre el cyberbullying a nivel mundial:*
Estos resultados indican que el cyberbullying tiene un impacto significativo sobre el ajuste psicosocial de los adolescentes incrementando los síntomas depresivos y el uso problemático de Internet seis meses después de haber sido acosados cibernéticamente. Asimismo, los adolescentes que presentaban sintomatología depresiva y los que presentaban más abuso de sustancias al paso del tiempo, estaban más vulnerables de ser víctimas de cyberbullying trascurridos seis meses.
El estudio contribuye a una mejor comprensión de la relación entre el cyberbullying y los diferentes problemas psicosociales entre los jóvenes. No se trata solo de que el cyberbullying puede producir depresión en las víctimas que también son agresores cibernéticos. Se trata de que, para los que tienen ambos roles (víctimas/agresores), el cyberbullying está vinculado a un peor deterioro mental, emocional y social.
Cerca de 43% de los menores entre 13 a 17 años han sido acosados por el Internet. Uno de cada cuatro lo ha sido más de una vez.
80% de los niños y adolescentes tienen un celular (cifra que va en aumento) y este es el medio más frecuente para cometer el cyberbullying.
El 68% de los adolescentes están de acuerdo en que el cyberbullying es un problema serio.
El 81% de los jóvenes piensa que es más fácil evadir el cyberbullying que el bullying tradicional.
El 90% de los adolescentes que han presenciado alguna forma de cyberbullying, han elegido ignorarlo.
1 de cada 10 adolescentes le dice a sus padres o algún adulto sobre si ha sido víctima de cyberbullying.
Las chicas son más propensas de ser víctimas y acosadoras cibernéticas que los chicos.
Las víctimas de cyberbullying están en alto riesgo de cometer suicidio.
El 75% de los estudiantes admite que ha entrado a las redes para enviarle insultos a otro estudiante.
*Datos obtenidos de la página, dosomething.org
¿Que se está haciendo en Puerto Rico?
Al igual que ocurre con el bullying, no disponemos de estadísticas sobre la prevalencia del cyberbullying en la isla. Al momento, tampoco disponemos de una ley específica que ampare a los menores de edad ante este fenómeno. Disponemos de los delitos cibernéticos del Código Penal. Para el 2013, en la Cámara de Representantes y la Comisión de lo Jurídico, se radicó un Proyecto de Ley dirigido a definir una política pública para enfrentar el creciente fenómeno del acoso cibernético, particularmente entre las poblaciones de niños y adolescentes en Puerto Rico. Esta servidora presentó una Ponencia ante la Comisión de lo Jurídico, favoreciendo el Proyecto de Ley y haciendo varias recomendaciones dirigidas a la intervención sistémica con la familia.
Al momento estamos en espera de que finalmente el proyecto se convierta en ley. Mientras tanto, el Departamento de Justicia inició el año pasado una campaña de educación sobre el acoso cibernético, enfatizando en el riesgo de este problema para los niños y los jóvenes.
Para que tengamos una idea del nivel de riesgo del cyberbullying, en Puerto Rico alrededor de 2 millones de personas tienen acceso al Internet. Un 86% se encuentra entre las edades de 12 a 17 años. En el 2013 se registraron alrededor de 2,871 consultas de la Policía relacionadas con crímenes cibernéticos o aspectos relacionados y había más de 10 casos de acoso a menores de edad. (Rosario para Primera Hora, 2014).
