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¿Tienes o has tenido herpes genital y estás embarazada?

Dra. Cynthia Karina Van Pratt Robledo

Por: Dra. Cynthia Karina Van Pratt Robledo,

Ginecología y Obstetricia

Ginecología Estética, Regenerativa y Funcional

En esta ocasión, hablaré sobre una infección poco común pero existente que puede afectar el embarazo en diferentes grados.

El herpes genital es una enfermedad que se presenta en aproximadamente el 15-25% de las mujeres embarazadas. Se considera una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) y es causada por el virus del herpes simple (VHS) de los tipos 1 y 2.

La transmisión ocurre mediante el contacto directo entre personas, ya sea cuando una persona tiene el virus por primera vez o durante una reactivación del mismo (también conocida como excreción viral asintomática). La mayoría de los pacientes infectados con el virus son asintomáticos y excretan intermitentemente el virus en las secreciones genitales.

Se estima que aproximadamente del 60 al 80% de los casos son causados por el VHS-2.

El principal problema durante el embarazo es el riesgo potencial de transmitir el virus al feto, lo cual puede dar lugar al herpes neonatal. Afortunadamente, la transmisión durante el embarazo es poco común, pero es más frecuente durante el parto. Esto se debe al contacto del feto con las secreciones genitales infectadas por el virus.

El riesgo de herpes neonatal es más alto (30-50%) cuando una mujer tiene herpes genital durante el parto, en comparación con aquellas que ya tienen un diagnóstico previo de herpes genital, han experimentado reactivaciones durante la primera mitad del embarazo o son asintomáticas, lo cual tiene un riesgo inferior al 1%.

El daño que el herpes genital puede causar al recién nacido se puede clasificar en tres formas principales: mucocutánea, neurológica y sistémica.

La mortalidad es nula cuando se presenta a nivel mucocutáneo, pero puede causar la muerte en aproximadamente el 15% de los casos cuando afecta al sistema nervioso y hasta un 40-70% en casos sistémicos.

Generalmente, la paciente puede acudir a consulta médica cuando identifica lesiones tipo ampollitas o vesículas, acompañadas de úlceras o dolor genital. Sin embargo, para confirmar el problema, también se pueden realizar diversos estudios virológicos si hay evidencia clínica, aunque no se recomienda hacerlos de rutina en mujeres asintomáticas debido a su costo.

El tratamiento recomendado debe abordar tanto la afectación materna como la prevención del riesgo de herpes neonatal. Afortunadamente, existen algunos antivirales que no han demostrado riesgo teratogénico para el feto, por lo que pueden administrarse durante el embarazo. El tratamiento oportuno disminuye las recidivas durante el trabajo de parto y puede reducir la necesidad de cesáreas.

Sin embargo, en la práctica médica, cuando una mujer presenta lesiones primarias o sugestivas de un herpes genital recurrente en el momento del parto, la mayoría de los especialistas recomiendan realizar una cesárea para reducir el riesgo de herpes neonatal.

Es importante destacar que esta medida no elimina al 100% el riesgo de transmisión del VHS al recién nacido, por lo que en muchas ocasiones se realizarán estudios complementarios.

Por tanto, te recomiendo que si tienes alguna duda o sospecha de lesiones genitales, o si observas algún síntoma claro, no dudes en acudir a una revisión médica con tu Ginecólogo de confianza para recibir atención adecuada y reducir los riesgos para tu bebé.

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